155 Asociaciones de Suscriptores de Acueductos Rurales de 15 parroquias de la Diócesis de Socorro y San Gil se integran mediante la Red Regional de Acueductos “Agua para la Vida”, a fin de que como comunidades organizadas, gestionen la protección, cuidado, preservación y usufructo del derecho al agua como bien común y elemento esencial para la vida.
Con el presente proyecto se pretendió establecer un modelo de asociatividad local y regional, se realizó en el área rural de la Diócesis de Socorro y San Gil (aproximadamente con 150 veredas) de 15 parroquias, (Ocamonte, Charalá, Encino, Cincelada, Riachuelo, Coromoro, Valle de San José, Páramo, Aratoca, Oiba, Guadalupe, Barichara, Chima, Pinchote, Mogotes), región comprendida por las provincias de Guanentá y Comunera, con una población aproximada de 90.000 personas. La población específica incluida en el presente proyecto se encuentra asociada en 155 Asociaciones Veredales de Suscriptores (Usuarios-beneficiarios) de Acueductos Rurales, que vinculan alrededor de 7.500 familias, con un promedio de 5 integrantes de cada familia.
La población destinataria del presente proyecto, la constituye esencialmente, la población rural, mujeres y hombres, de todas las edades, que forman parte de las Asociaciones Comunitarias de los Acueductos Rurales de 150 veredas de 15 parroquias de la Diócesis de Socorro y San Gil, en las provincias del sur del departamento de Santander. Puede contabilizarse en aproximadamente 7.500 familias que tienen en promedio 5 personas por cada familia. Esta población la podemos encontrar hoy desarticulada en cada una de las veredas de las Parroquias, lo que impide garantizar el acceso en condiciones dignas al agua potable y el saneamiento básico, como derechos fundamentales para la vida.
La metodología propuesta para el proyecto tiene como base el desarrollo de eventos comunitarios, participativos con asesoría y acompañamiento por parte del equipo responsable del proyecto, orientados a generar empoderamiento de los participantes en todo el proceso.
El desarrollo de las acciones previstas y con la metodología anterior requiere de un modelo que incluya:
Asambleas comunitarias y de delegados a nivel veredal, municipal y regional,
Foros de discusión con participación de delegados tanto de la comunidad, como de entidades oficiales y otros actores interinstitucionales.
Talleres de formación sobre asimilación de contenidos, adquisición de compromisos, desarrollo de tareas concretas y formulación de proyectos.
Asesoría técnica especifica en temas formativos, administrativos, legales, financieros y operativos requeridos por el proyecto.
Dotación de herramientas de comunicación y formación elaboradas por equipo especializado con base en los resultados a alcanzar con el proceso.
Difusión y socialización mediante diferentes medios de las experiencias que van vivenciando las comunidades objeto del proyecto.
Encuentros y diálogos interinstitucionales de construcción de acuerdos de política pública del agua potable y el saneamiento básico.
